En este blog te daré algunos consejos prácticos sobre cuál debería ser el mejor momento para bañar a tu bebé desde su nacimiento, cómo deberías hacerlo, qué precauciones deberías tener y qué pasa con su cordón umbilical.
Ten en cuenta que este es un momento único y especial donde no solo realizarás un oficio de limpieza sino que te permitirá tener una conexión que va más allá del contacto con su piel.
Durante esta actividad podrías cantarle o irle contando lo que vas haciendo. Trata de no tener ninguna distracción adicional y que sea un momento de disfrute y confort para ambos.
¿Debo bañar a mi bebé todos los días?
Contrario a la creencia popular, los bebés no necesitan tener un baño todos los días, especialmente los recién nacidos. Los niños más grandes se ensucian más por el gateo, la alimentación, la exploración, el juego etc. Los recién nacidos y bebés más pequeños al no tener este tipo de actividades permanecen más limpios, siendo innecesario el baño diario.
Existen determinadas áreas de su cuerpo que deberás asegurarte de limpiar a diario y cuando lo necesite como el área del pañal, alrededor de su boca y los pliegues de su piel (cuello, axilas e ingle). Para ello podrías utilizar un paño húmedo con agua. En realidad podrías bañarlo 3 veces a la semana. Bañarlo con tanta frecuencia podría resecar su delicada piel.
¿Cuándo debería realizar el primer baño de mi bebé recién nacido?
Este tiempo de espera para el baño también permitirá una mayor exposición piel con piel con la madre y facilitará una lactancia materna desde sus primeras horas de vida de manera más exitosa y perdurable en el tiempo. Durante estas horas también daremos tiempo a que el vernix caseoso, esa capa blanca en la piel del bebé, esté por mas tiempo en su delicada piel, hidratándola y posiblemente cubriéndola de infecciones.
¿En qué momento del día debería bañar a mi bebé?
El preciso momento del día en el que vas a bañar a tu bebé realmente no es un problema y algo que no se pueda modificar, es más una decisión personal de acuerdo a tus preferencias y conveniencias.
Podrías organizar su baño entre tus tiempos de descanso, en medio de las siestas del bebé, en un tiempo diferente a tu baño o podrías hacerlo después de alimentarlo.
Si optas por bañarlo después de comer, espera por un momento mientras baja un poco su comida, permitiendo la salida de gases o regurgitación (escasa salida involuntaria de leche de su boca), incluso a que orine o haga popó que casi siempre pasan unos minutos después de comer.
Un baño relajante para dormir a tu recién nacido
Los bebés responden muy bien a las rutinas que implementes incluso a muy corta edad. Una buena idea de rutina que te puedo sugerir es:
Aliméntalo
Dale un baño relajante
Léele algo o cántale
En ese momento tu bebé ya está listo para dormir. Esto te sería muy útil para iniciar una rutina también en horas de la noche.
¿Puedo bañar a mi bebé cuando aún no se ha caído su cordón umbilical?
Una de las preguntas que más nos hacemos como mamás. Y la respuesta es SI. Podrías hacer baños de esponja hasta que este se caiga, que mas o menos pasará en 1 o 2 semanas. Este tipo de baño es igual a un baño común, solo que NO se sumerge al bebé.
¿Que deberías de tener en cuenta para un baño de esponja?
Debes tener a la mano un recipiente o platón con agua, un paño con el que limpiarás al bebé que impregnarás solo con agua (sin jabón), una toalla seca y cualquier otra cosa que pudieras necesitar.
Comienza inicialmente por lavar su carita con el paño húmedo con agua (asegúrate de que no le entre agua a sus ojos o su boca). Luego sumerge de nuevo el paño húmedo en el recipiente con agua. Lava el resto de su cuerpo y por último la zona del pañal.
El lugar donde realizarás este tipo de baño, debe ser sobre una superficie plana pero cómoda y segura para el bebé. Podrías utilizar tu cama, el piso, una mesa, el cambiador. Asegúrate de acolchar un poco en caso de tratarse de una superficie dura con una manta o toalla. Si vas a colocar al bebé en una superficie por encima del nivel del piso, asegúrate de tenerlo asegurado ya sea con un cinturón o mantener tu propia mano todo el tiempo sobre el bebé para evitar caídas.
Durante el baño envuelve a tu bebé en una toalla seca y ve descubriendo únicamente las partes del cuerpo que estés lavando para mantenerlo calientico (recuerda que son friolentos y podrías bajar su temperatura corporal). Cómo te mencioné al principio presta especial atención a los pliegues debajo de los brazos (axilas), detrás de las orejas, alrededor de su cuello y el área genital.
En la imagen de la izquierda ves como debe ser el soporte de la cabeza de tu bebé.
Consideración importante a tener en cuenta: Si durante los baños de esponja el cordón umbilical se moja, ¡NO entres en pánico!, no va a pasar NADA grave, realmente este cordón NO se comunica con nada. Sécalo bien después con una toalla y trata de mantenerlo seco y limpio la mayor parte del día, ya que la condición para que este se caiga pronto es que mantenga seco.
¿En qué momento mi bebé estaría listo para un baño normal?
Cuando el cordón umbilical se haya caído. Una vez se caiga podrías bañar a tu bebé sumergiéndolo directamente en el agua. Ten en cuenta que los primeros baños deben ser delicados y cortos.
En caso de que el bebé se perciba molesto con los baños, podrías devolverte a los baños de esponja por 1 o 2 semanas y volver a intentar. Generalmente los bebés dejan claro cuando están listos. Tú misma te darás cuenta.
Te daré algunas recomendaciones a tener en cuenta para el baño:
- Usa una tina para bebés: Se recomienda una tina para bebés de plástico rígido con una superficie inclinada y con textura o un arnés que impida que el bebé se deslice. Utiliza siempre productos con altos estándares de calidad en tiendas de productos para bebés. No es muy conveniente utilizar el lavadero para bañarlos ya que son resbaladizos y muy riesgosos por los grifos y manijas. Podría lastimarse.
- NUNCA dejes a tu bebé solo o sin una supervisión táctil, es decir, trata de tener a la mano todo lo que necesites para el baño, incluso si suena el teléfono también debes tenerlo cerca y jamás jamás dejarlo solo. Te recomiendo que uses tu mano siempre encima del bebé para supervisar que no se vaya a caer en caso de alejarte un poco.
- Siempre verifica la temperatura del agua: Llena la tina con 5 centímetros de agua únicamente. Verifica que el agua esté tibia pero no caliente. Hazlo con la parte interna de tu muñeca o con tu codo. La Academia Americana de Pediatría recomienda que la temperatura del agua NO debe superar los 49 ºC. Podrías incluso usar un termómetro para evitar quemaduras. Una vez hayas verificado la temperatura del agua, es momento de sumergir al bebé.
- Procura mantener al bebé calientico: Cuando hayas desvestido al bebé trata de ponerlo casi de inmediato al agua para que no se enfríe. Usa una de tus manos para sostener la cabeza del bebé (como en la imagen anterior) y la otra para guiar el resto del cuerpo hacia dentro del agua (empezando por los pies). Apenas inicies todo este proceso háblale mucho mucho para darle ánimo. Luego que lo hayas introducido un poco en el agua, baja lentamente el resto de su cuerpo hasta que esté todo en la tina. Recuerda: la mayor parte del cuerpo y la cara del bebé deben estar bien por encima del nivel del agua, por lo que trata de verter todo el tiempo el agua tibia sobre el cuerpo del bebé para que no se enfrié. Te recomiendo hacer los baños con un poquito de sol o en sitios cerrados sin corrientes de aire.
- Empieza por la cara y la cabeza, podrías usar una toallita suave humedecida con agua para limpiar su cara. No la frotes muy duro y trata de no estirarle mucho la piel. Masajea bien su cuero cabelludo, incluso por encima de su fontanela (la parte superior más blanda de su cabeza), cuando le enjuagues el champú de su cabeza coloca tu mano sobre su cara para que no le caiga jabón en sus ojos. En caso de que suceda, utiliza la toalla humedecida con agua tibia para limpiárselos. Continúa con el resto del cuerpo hacia abajo.
- Si a tu bebé le gusta el baño, déjalo jugar un ratico más en el agua para que pueda salpicar y jugar. Cuanto más se divierta, menos miedo le tendrá al agua.
- Cuando termine la hora del baño, sácalo y sécalo. Envuélvelo en una toalla seca desde su cabeza y su cuerpo para que mantenga una temperatura. Sécalo con pequeños toques sobre su cuerpo.
- Uso de hidratantes. A pesar de que la mayoría de los recién nacidos tienen la piel seca y descamada, la mayoría de ellos, si no todos, no necesitan humectantes. De hecho, algunas cremas hidratantes pueden causar irritaciones cuando se aplican en la piel sensible de un recién nacido. Si tienes alguna duda de su aplicación consúltalo con tu pediatra. Te recomiendo utilizar lociones o cremas hidratantes hipoalérgicas.
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Fuente de la información: Academia Americana de Pediatría.
